Patricia Pelozo, alumna de Argentina becada por FUNIBER de la Maestría Internacional en Auditoría y Gestión Empresarial, opina sobre su experiencia estudiando a distancia con FUNIBER
“No me lo contaron, lo viví”
Decidí emprender este camino de formación sobre todo por el deseo de trascender fronteras. Y con trascender fronteras, me refiero a generar oportunidades fácticas para trabajar y emprender a nivel internacional, incluso valorando la alternativa de una residencia en otro país, y no lo digo por ninguna coyuntura político-económica nacional o particular, sino por un vivo anhelo de aspirar a algo superior.
Cualquiera pensaría que éste es un sueño muy utópico, más aun contando con jornadas laborales (como las mías) que limitan sobremanera a asistir a clases presenciales. Pero cuando uno quiere, ¡puede!
Investigando por internet, fui cayendo en la cuenta de que para no pasar de esta vida con solo sueños, tenía que considerar seriamente la educación virtual, ya que parecía por ese entonces, no la preferida sino más bien, la única opción, y encontré a FUNIBER.
Estudiar a distancia con FUNIBER
No obstante, mi verdadero descubrimiento llegó durante mis días de estudio con FUNIBER. En mi opinión, no solo no resultó ser la única alternativa, sino que por muchísimo era incluso superior a la presencial, ya que en este entorno no eres un simple número, que ocupa uno de los tantos asientos dentro de un salón de clases a varios metros del profesor, como sucedería en una clase presencial, sino que estás a un clic de distancia del docente para cualquier consulta, y de tus compañeros (que dicho sea de paso, residen en países diversos y hasta distantes) para estudiar juntos. El aprendizaje comienza a adquirir tonos dinámicos y a convertirse en toda una experiencia socialmente interactiva y formativa a nivel personal.
Me he visto superando evaluaciones durante sábados por la noche o domingos en la mañana; en el confort de casa, descansada y con ropa cómoda, disfrutando del jardín o viendo llover, sin necesitar en ningún momento la solicitud de turnos previos ni moverme de mi hogar.
Menos que menos tenía que esperar en una fila extensa de compañeros nerviosos, aguardando profesores ya agobiados y no siempre con el humor necesario para tomar un examen en forma objetiva y de la forma debida, algo usual e incluso que debe ser tolerable en la educación presencial pero que en la virtual, en mi opinión, te ahorra…por no decir muchos…varios disgustos y gastos considerables.
Los casos prácticos, autoevaluaciones y ejercicios de reflexión me han reportado una verdadera “puesta a prueba” en el dominio propio de las asignaturas. Me requirieron pensar sistemáticamente y desarrollar habilidades analíticas. Aún mucho mejor, investigar en internet y en libros, en mis legislaciones nacionales, aquellas cuestiones particulares que excederían los marcos de enseñanza de sus estudios internacionales, pero que son importantes de conocer en mi país.
Más bien, y sin entrar en detalles muy extensos, hubieron ciertas materias que me pusieron a prueba hasta emocionalmente, llegando incluso a intercambiar varias veces mensajes de correo electrónico con el docente, en la lucha por dilucidar los dudas de cálculos que, poco a poco, fui luego comprendiendo en su profundidad, destacando la casi sobrenatural paciencia del profesor de FUNIBER, y quizás no varios dolores de cabezas (de ambas partes) en el camino.
En mi opinión, si bien el cálculo financiero siempre me resultó difícil de roer, puedo afirmar que al día de hoy, lo aprendido (y bien aprendido) ¡no me lo quita nadie! Y como en todo estudio, existen materias muy ligeras y amenas, y otras algo más agobiantes, pero todas llevan su impronta de reportarme toda una vivencia de aprendizaje innovador.
Lo más maravilloso es que jamás he perdido clases ni exámenes, ya que no las hay. FUNIBER te da libertad plena. El material de estudio está conmigo, y puedo acceder a los exámenes con un sólo clic, conforme mis tiempos y ritmos.
Las evaluaciones, muy en contra de lo que muchos prejuiciosos afirman de ser poco serias (o hasta ineptas) en la educación virtual, resultan aquí incluso mejores que las presenciales, trascienden la acostumbrada exigencia de “estudiar conceptos y clasificaciones puramente teóricos” muy usualmente requerida en estudios presenciales, para medir lo realmente importante en la vida post-académica: el manejo real de los conocimientos a la hora de resolver problemas y tomar decisiones.
Beneficios de la formación online
Me animo a aseverar que esta cualidad convierte a FUNIBER una opción muy preciada para muchísimos empresarios a la hora de buscar formación, tanto para sí mismos como para sus empleados, aporta beneficios casi inmediatos en su profesión, trabajo, empresa o bien los servicios que prestan.
Otra gran plusvalía de FUNIBER fue que los pagos eran fijos y pre-establecidos, sin desembolsos extra como derecho a examen. En mi opinión, es tranquilizante saber que una vez abonado el precio, ya no tienes que preocuparte por ajustar el presupuesto para abonar cada permiso de evaluación, o aún más grave, el examen de recuperación en caso de reprobar. Esta posibilidad te da mayor holgura y libertad económica, o al menos para quienes no contamos con ingresos altos.
Sus contenidos resultan de vanguardia, de aplicación inmediata y en constante actualización. Ya durante los primeros meses de estudio, me encontraba entusiasmada por sugerir propuestas de mejora en mi trabajo, con innumerables ideas para aplicar a mis proyectos futuros e, incluso, a mi vida diaria y mi hogar.
Lo que aprendes no es algo que aprendas de cualquier universidad. Es algo que solo en una Institución Internacional te van a enseñar, y que sin dudarlo, te enriquecerá durante toda tu vida, más aún si nunca antes has vivido la experiencia de estudiar a distancia.
Eso sí, a la hora de sacar máximo provecho a estos recursos, no hay recetas mágicas, siempre depende de que uno quiera dejarse “transformar”, ya que ni FUNIBER ni nadie puede entrar en tu mente y darte la “actitud” de superarte. Eso es algo muy personal, nos tiene que gustar el aprendizaje. Sin embargo, cuando ya se tienen ganas de aprender, un rumbo claro y esfuerzo personal… ¿qué más se puede pedir?
Por todo esto, es que puedo afirmar que soy una de las alumnas más agradecidas con esta modalidad, y planeo de hecho, apostar a futuro a otras titulaciones por su aplicabilidad a mis proyectos, pero siempre a través de la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER).
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